CRÓNICAS LOCALES

"NIÑO DIAMANTE"

Hay individuos que jugando de adultos hacen lo mismo que hacían cuando niños y así pueden desarrollar su vida profesionalmente. Suerte de algunos, don especial o talento innato, llámale como quieras. En ese orden encontramos a actores, cocineros, rockeros, poetas y deportistas, por nombrar a algunos. Oficios o profesiones que cambian de nombre conforme las obligaciones y el dinero atenta contra la libertad de aquél niño, que ahora poco inocente busca ganarse la vida con lo que aprendió. O quizás nunca nadie se lo enseñó, sino que fue pura gracia o disposición al instinto. Por ello, lo que sucede hoy con el deporte en nuestro país parece la negación de lo que fue hasta hace poco. Si se quiere, estamos en presencia de la adolescencia de una actividad que dejó de ser inocente y atractiva para quien cree en el talento puesto a disposicion de un espectáculo. Lo del futbolista Héctor Tapia llama a la reflexión y no deja de asombrar. Busca mejores horizontes cansado de lo colindante al fútbol, lo que hoy se llama farándula y que hastía en las mismas esquinas donde se ofrece el tabloide.

Y es para pensarlo. No vaya a ser cosa que los niños del mañana se acerquen al deporte y al arte en general con sóla la intención de ser "famosos". Al menos las largas colas esperando la oportunidad de ser partícipe de un show televisivo me llaman la atención, sin mediar nada más que el carisma propio o atributos subjetivos.

Escándalos más o menos, peleas inventadas en búsqueda de lo inoficioso, y alardes de investigación ficticia, aburre. Ojalá que la amnesia borre estas nuevas tendencias y la nostalgia traiga consigo la inocencia que esperamos. Al menos eso es lo que nos queda.

SALVADOR LÓPEZ E.