2006-08-14

CLARIN, BUENOS AIRES

El fútbol como escape
Mañana se juega la final del primer Mundial de fútbol intercarcelario. Australia y Suecia se sacarán chispas para alzarse con la Copa. Un desafío que utiliza al deporte para reeducar.
"Están muy ansiosos porque saben que van a jugar una final y la quieren ganar", cuenta el preparador físico de Suecia, Edgardo Sanabria, a horas del partido de fútbol que definirá el primer Mundial de cárceles, una experiencia inédita en Argentina. "Sabemos que ellos están bien, pero nosotros tenemos sangre y corazón", dispara Cristian, uno de los mejores jugadores de Australia, el segundo finalista. Mañana, a partir de las 11:30, ambos equipos se verán las caras en la gran final. El partido se jugará en el estadio único de La Plata y será dirigido por Angel Sánchez, que también estuvo presente en el encuentro inaugural. La jornada futbolera se completará con el encuentro entre la Unidad 2 de Sierra Chica (Togo) y la Unidad 25 (Angola) por el tercer y cuarto puesto. Cuando arrancó el campeonato, hace más de un mes, los jugadores de los 32 equipos (cada uno representó a una cárcel de la provincia de Buenos Aires) soñaban con llegar a este día. Los de la Unidad 41 de Campana, vistiendo los colores de Suecia, se ganaron su lugar a fuerza de goles y de grandes actuaciones con 22 goles a favor y sólo 1 en contra. Para los "Canguros" de la Unidad 15 de Batán no fue todo tan fácil: en la semifinal, por ejemplo, empataron 2 a 2 con Togo y tuvieron que definirlo en los penales. " Los cuatro partidos que jugamos fueron complicados", admite 'El Chula', que metió tres goles y sueña con uno más en la final. A Suecia nadie le puede sacar el cartel de favorito, pero mañana la historia puede ser otra: once contra once, dos tiempos de 30 minutos y cancha neutral (hasta ahora los dos equipos jugaron todos sus partidos de local). Como toda final, es posible que el partido de mañana esté lejos de ser vistoso. Sin embargo, todos apuestan a la calidad individual y colectiva de ambos finalistas. Y a la preparación con la que cuentan (hace dos meses que entrenan prácticamente todos los días, incluso en doble turno). De hecho, hay varios internos que dedicaron parte de su vida al fútbol, algunos incluso a nivel profesional. El caso más emblemático, quizás, es el de Jorge C. , un joven tímido de 23 años que jugaba como titular en Alvarado (un club de Mar del Plata) cuando fue detenido, hace casi tres años. "Algunos de mis ex compañeros todavía me escriben; no me gusta que me vean así", cuenta desde Batán, mientras sueña con una segunda oportunidad. El caso de Jorge, como el de otros jugadores, está en la Cámara de Casación bonaerense a la espera de una decisión. Aunque los dos llegaron en forma merecida hasta esta instancia, son equipos con características diferentes. "Suecia es un equipo muy joven, tocan bien y tienen muy buen estado físico", explica Gabriel Demurtas, organizador del torneo y una de las pocas personas que los vio jugar a los dos. "Posiblemente juguemos con un esquema 4-4-2", adelanta el entrenador de Campana, que recién en septiembre afrontará un juicio para saber si es culpable o inocente. El DT, que a cada minuto se acuerda de sus tres hijos, es un hombre de pocas palabras que sabe describir mejor que ningún otro las penurias de la cárcel. "El fútbol es como un escape pero es también una buena manera de reinsertarnos en la sociedad", concluye. La figura estelar del equipo de Campana es Diego V., que fue detenido junto a su hermano hace más de tres años, y en prisión se reencontró con un primo, que no veía hace 15. Los tres, casualmente, forman parte de ese equipo. El primero, un confeso hincha de River (tiene el escudo millonario tatuado en el pecho), suma 9 goles, y, si no hay sorpresas, mañana se llevará el premio como goleador del torneo. En una breve charla con Clarín.com antes del encuentro, Diego -26 años y dos hijos- recordó sus sueños de jugador profesional: "jugué hasta que me lesioné feo la cadera", y aprovechó para mandar un mensaje hacia fuera de la cárcel. "Quiero reinsertarme en la sociedad pero cuando salís de acá es muy difícil", reflexionó en voz alta. Sin tanto brillo, Australia se caracteriza por ser un equipo "compacto". Mucho de eso se lo adjudican al proceso de formación del grupo. "De 1500 presos que hay en Batán se hizo una preselección de 25 jugadores y luego quedó la lista definitiva", cuenta Miguel Angel Cazauz, que cumple la doble función de entrenador y preparador físico. Tanto él como los jugadores se aferran a la humildad del equipo. "Sierra Chica venía como favorito y lo bajamos en la semifinal. Mejor que nos tengan abajo", dice Julio. Pero ninguno baja la guardia. "Vamos a ganar", asegura Cristian, que como la mayoría de sus compañeros está preso por robo. El "Narigón" se presenta como el comodín del equipo y hace gala de pertenecer a una familia de futbolistas. Mientras calcula el día de su salida, asegura que ahí adentro "no se aprende nada". Los dos jugadores pertenecen al pabellón 11 de "autodisciplina", y juntos ganaron dos campeonatos dentro de la cárcel. Ahora van por la gloria.

3 comentarios:

Eduardo Peñailillo dijo...

Estas son las cosas del fútbol que a uno lo hacen sonreír. Es bueno que destaquen noticias como esta, que demuestra que ahí dentro también hay personas como cada uno de nosotros, y que el fútbol también es capaz de hacerlos superarse y por un rato derribar las paredes que los rodean todos los días. Gran noticia la que eligieron poner. Pongan quien ganó la final eso sí pues, no nos dejen con la duda.

Saludos (devolviendo la visita que me hicieran hace algún tiempo),

Eduardo Peñailillo
"Las aventuras y desventuras de Deportes Melipilla"
http://deportesmelipilla.blogspot.com

la pobla deportes dijo...

tanto buen jugador debe haber deambulando por als carceles de chile, sin jamas haber tenido una oportunidad... mala cosa.

http://dale-oh.blogspot.com

Eletricista 24 horas RJ dijo...

Eletricista 24 horas RJ
Nesse time você pode confiar.